sábado, 19 de mayo de 2012

1 CARTA DE PEDRO. ALERTA EN LA PERSECUCIÓN. 5,8-14.


                    8Despejaos, espabilaos, que vuestro adversario el diablo, rugiendo como un león, ronda buscando a quien tragarse. Hacedle frente firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero están pasando por idénticos sufrimientos. 10Tras un breve padecer, Dios, que es todo gracia y que os llamó por el Mesías a su eterna gloria, él en persona os restablecerá, afianzará, robustecerá y dará estabilidad.
                    11Suyo es el dominio por los siglos. Amén.
                    12Por mano de Silvano, hermano de toda confianza -que por tal lo tengo-, os he escrito esta breve carta para exhortaros y confirmaros que ésta es la verdadera gracia de Dios: apoyaos en ella.
                    13Os manda recuerdos, la que está en Babilonia, elegida como vosotros, y en particular mi hijo Marcos. 14Saludaos unos a otros con el beso fraterno. Paz a todos vosotros los cristianos.

EXPLICACIÓN.

8-14.                El diablo, adversario de la comunidad, representa a los perseguidores. Vigilancia para no ceder a las tentaciones que ofrece la sociedad. La fe o adhesión a Jesús es el arma defensiva de los cristianos. El fin de la carta recuerda su principio (1,6). Contraste entre la brevedad del padecer y la gloria futura (8-10). Silvano, amanuense (cf. 1 Tes 1,1; 2 Tes 1,1). Despedida desde Roma (Babilonia). Para Marcos, cf. Hch 12,12.25; 13,5.13; 15,37.39. Saludos de una comunidad a otra (cf. 2 Jn 1,13). Para el beso, cf. Rom 16,16. 

1 CARTA DE PEDRO. PRESBÍTEROS Y COMUNIDAD. 5,1-7.


5              1 Me dirijo a los responsables de vuestras comunidades, yo, responsable como ellos, que fui testigo de la pasión del Mesías y experimenté la gloria que va a revelarse: 2cuidad del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, mirad por él, no por obligación, sino de buena gana, como Dios quiere; tampoco por sacar dinero, sino con entusiasmo; 3no tiranizando a los que os han confiado, sino haciéndoos modelos del rebaño. 4Así, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona perenne de la gloria.
                   5Respecto a los jóvenes: poneos a disposición de las personas de edad.
Y todos, en el trato mutuo, forraos bien de humildad, porque «Dios se enfrenta con los arrogantes, pero concede gracia a los humildes» (Prov 3,34). 6Por eso haceos humildes, para estar bajo la mano poderosa de Dios, que él a su tiempo os levantará; 7 descargad en Dios todo agobio, que a él le interesa vuestro bien.

EXPLICACIÓN.

1-7.              Corrige el autoritarismo y la codicia de ciertos líderes de la comunidad (para los responsables, cf. 1 Tim 5,17). La disponibilidad de los jóvenes respecto a los ancianos, acostumbrada en toda sociedad, es sólo un ejemplo de la humildad que ha de caracterizar el trato de unos con otros dentro de la comunidad. El autor apoya esta actitud citando Prov 3,34 (5). 

1 CARTA DE PEDRO. III. AVISOS VARIOS. ALEGRÍA EN LA PERSECUCIÓN. 4,12-19.


                   12Amigos míos, no os extrañéis del fuego que ha prendido ahí para poneros a prueba, como si os ocurriera algo extraño. 13 Al contrario, estad alegres en proporción a los sufrimientos que' compartís con el Mesías; así también cuando se revele su gloria, desbordaréis de alegría. 14Si os escarnecen por ser cristianos, dichosos vosotros; eso indica que el Espíritu de la gloria, que es el de Dios, reposa sobre vosotros. 15Que a ninguno de vosotros lo castiguen por ladrón, homicida o malhechor, ni tampoco por meterse en asuntos ajenos. 16Pero si sufre por ser cristiano, no tiene por qué avergonzarse; que alabe a Dios por el nombre que lleva. 17Es que ha llegado el momento del juicio y está empezando por el templo de Dios. Si lo nuestro es el principio, ¿cuál será el final con los que se rebelan contra la buena noticia de Dios? 18Si el justo a duras penas se salva, ¿qué va a ser del impío y pecador? 19Conclusión: los que padecen según ese designio de Dios, que practiquen el bien, poniéndose así en manos del Creador, que es fiel.

EXPLICACIÓN.

12-19.              Nueva alusión a la persecución local (cf. 1,6-11) (12). Anima a soportar la prueba, porque ésta hace participar de los sufrimientos del Mesías Jesús (13).  La persecución, señal de que el Espíritu está con ellos, es decir, de que Dios aprueba su proceder (14); es una gloria para el cristiano (15-16) y actualiza el juicio de Dios. Interpretación teológica en términos del A T: Dios está purificando su templo y empieza por los consagrados a él (17). Cita Prov 11,31 sólo para deducir la suerte de los malvados (18; cf. 1,9). La dificultad no interrumpe la actividad cristiana (19). 

1 CARTA DE PEDRO. CONDUCTA CRISTIANA. 4,7-11.


                 7 Además, el final de todo está cerca; por tanto, calma y sobriedad para poder orar. 8Sobre todo, mantened en tensión el amor mutuo, que el amor sepulta un sinfín de pecados. 9Practicad la hospitalidad unos con otros sin refunfuñar. 10Las dotes que cada uno ha recibido úselas para servir a los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. 11Quien habla, sea portavoz de Dios; quien se dedica al servicio, hágalo con las fuerzas que Dios le da. De modo que sea en lo que sea, Dios reciba gloria por medio de Jesús Mesías, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.

EXPLICACIÓN.

7-11.           Persuasión de la proximidad del fin (7). Conducta cristiana ante esa expectación: paz y oración; sobre todo, amor mutuo, mostrado en el servicio recíproco. El amor sepulta un sinfín de pecados (8), cf. Prov 10,12. El autor traza los rasgos de una comunidad cristiana; hospitalidad (9), cf, Rom 12,13; las dotes, etc, (10), cf. 1 Cor 12; administradores, cf. 1 Cor 4,ls; Tic 1,7; uso de los carismas (11), cf. Rom 12,3-8. Doxología, cf. Rom 16,27; Jds 25. 

1 CARTA DE PEDRO. LA OPOSICIÓN DEL MUNDO. 3,13-4,6.



                      13y además, ¿quién podrá haceros daño si os dais con empeño a lo bueno? 14Pero aun suponiendo que tuvierais que sufrir por ser honrados, dichosos vosotros. No les tengáis miedo ni os asustéis; 15en lugar de eso, en vuestro corazón reconoced al Mesías como a Señor, dispuestos siempre a dar razón de vuestra esperanza a todo el que os pida una explicación, 16pero con buenos modos y respeto y teniendo la conciencia limpia. Así, ya que os difaman, 
los que denigran vuestra buena conducta cristiana quedarán en mal lugar. 17Más valdría padecer porque uno hace el bien, si tal fuera el designio de Dios, que por hacer el mal.
                   18Porque también el Mesías sufrió una vez por los pecados, el inocente por los culpables, para llevamos a Dios; sufrió la muerte en su cuerpo, pero recibió vida en su espíritu. 19Fue entonces cuando proclamó la victoria incluso a los espíritus encarcelados 20que antiguamente fueron rebeldes, cuando en tiempo de Noé la paciencia de Dios aguardaba mientras se construía el arca; en ella unos pocos, ocho personas, se salvaron por en medio del agua, 21a la que corresponde el bautismo que ahora os salva: no el hecho de quitarse una suciedad corporal, sino el compromiso con Dios de una conciencia honrada, fundado en la resurrección de Jesús el Mesías, 22a quien sometieron ángeles, autoridades y poderes, llegó al cielo y está a la derecha de Dios.        
4      1Por tanto, dado que el Mesías sufrió en su carne mortal, armaos también vosotros del mismo principio: que uno que ha sufrido en su carne ha roto con el pecado, 2para vivir el resto de sus días guiado por la voluntad de Dios, no por deseos humanos. 3Bastante tiempo pasasteis ya viviendo en plan pagano, dados como estabais a libertinajes y vicios, crápulas, comilonas, borracheras y nefandas idolatrías. 4 Ahora, cuando no acudís con ellos al consabido derroche de inmoralidad, se extrañan y os insultan; 5ya darán cuenta al que está preparado para juzgar a vivos y muertos. 6¿Para qué, si no, se dio la buena noticia a los que han muerto? Para que después de haber recibido en su carne mortal la sentencia común a todos los hombres, viviesen por el Espíritu con la vida de Dios.

EXPLICACIÓN.

3,13-4,6.        Pregunta inicial inspirada en Is 50,9 (13). El cristiano sigue su ideal previendo la oposición de! mundo presente (dichosos, cf. Mt 5,10), teniendo por Señor sólo al Mesías. Aun en medio de la persecución, el cristiano, si se le pregunta, ha de favorecer e! diálogo; las dificultades y las calumnias no han de ser pretexto para dejar de hacer el bien (14-17).

                   También Jesús sufrió la contradicción y la muerte en vista del bien de los hombres, pero la vida venció a la muerte (18). El autor usa un lenguaje mítico para describir la victoria de Jesús sobre la muerte: los espíritus encarcelados, los que corrompieron a la humanidad antes del diluvio; Noé no fue corrompido y se salvó de la catástrofe; lo sucedido con él fue figura de lo que sucede en el bautismo. Éste es un compromiso de seguir a Jesús en su antagonismo con el mundo injusto, con la seguridad de la victoria (ángeles, etc., continúan la figura de los espíritus del tiempo de Noé; cf. Rom 8,38; Ef 1,21; Col 2,10; Sal 8,7) y la esperanza de la resurrección (18-22).

                  De nuevo el tema de la persecución (4,1-6). El sufrimiento de Jesús es una ayuda para los cristianos; además, la persecución confirma la opción del bautismo y hace más radical la ruptura con e! mundo injusto (1-2). Renunciar a la conducta pagana y al egoísmo de la inmoralidad (3). Los paganos pueden ridiculizarlos, pensando de qué le sirve al cristiano vivir honradamente y aceptar la persecución, si al fin y al cabo va a morir como los demás (4-5). Pero los que han muerto como todos, tienen sin embargo vida por el mensaje que escucharon y siguieron (6). 

1 CARTA DE PEDRO. COMUNIDAD CRISTIANA. 3,8-12.


                 8En fin, tened todos la misma actitud y sed compasivos, con afecto de hermanos, buen corazón y humildad. 9No devolváis mal por mal ni insulto por insulto; al contrario, responded con bendiciones, pues a esto os llamaron: a heredar una bendición. 10Porque «si uno ama la vida y quiere ver días felices, refrene su lengua del mal y sus labios de la falsedad; 11 apártese del mal y obre el bien, busque la paz y corra tras ella», l2pues «los ojos del Señor se fijan en los justos y sus oídos atienden a sus ruegos; pero el Señor hace frente a los que practican el mal» (Sal 34,13-17).

EXPLICACIÓN.

8-12. En la comunidad: buenas disposiciones mutuas, que crean la unión; humildad, cf. Prov 29,23. Perdón fácil. No devolver mal por mal, cf. 1 Tes 5,15; Rom 12,17. Responded con bendiciones, cf. Mt 5,43-48; Lc 6,27s (8-9). Cita de Sal 34,13-17

1 CARTA DE PEDRO. MATRIMONIOS. 3,1-7.



3           1Respecto a las mujeres: sean sumisas a los propios maridos; de este modo, si hay algunos rebeldes a la palabra, la conducta de sus mujeres podrá ganarlos sin palabras, 2la ser testigos del escrupuloso recato de vuestra conducta. 3Lo propio vuestro no sea el adorno exterior de peinados y aderezos de oro ni la variedad en el vestir, "sino la personalidad escondida dentro, con el adorno inalterable de un carácter suave y sereno. Eso sí que vale a los ojos de 
Dios. 5 Así se adornaban antaño aquellas santas mujeres que esperaban en Dios sumisas a sus maridos. 6 Así obedeció Sara a Abrahán llamándolo su señor. Ahora, con hacer el bien y no alarmaras por lo que pueda pasar, os habéis hecho hijas suyas.
                        7Respecto a los maridos: tened tacto en la vida común, mostrando consideración con la mujer, por ser de constitución más delicada, y también por ser herederas como vosotros del don de la vida; así podréis orar sin obstáculos.

EXPLICACIÓN.

1-7.            Aviso a las esposas se encuentran en Ef 5,21ss; Col 3,185; 1 Tim 2,9-15. Que la mujer debía estar sometida al marido era lugar común entre los moralistas no cristianos. Caso de matrimonio mixto (cf. 1 Cor 7,12-16) (1-2). La personalidad madura vale más que el adorno exterior (cf. 1 Tim 2,9-13) (3-4). Ejemplo de las mujeres bíblicas. Sara (cf. Gn 18,12), modelo para las cristianas (5-6). Los consejos a los maridos (cf. 1 Cor 7,3-6) pertenecen a la tradición moral judía y pagana. Aunque la mujer sea socialmente inferior, el marido debe recordar que ante Dios es su igual. El trato injusto haría imposible la oración común de ambos (7). 

1 CARTA DE PEDRO. ESCLAVOS CRISTIANOS. 2,18-25.


                18Criados, sed sumisos a los amos con todo respeto, no sólo a los buenos y comprensivos, sino también a los esquinados. 19Porque dice mucho en favor de uno si, por la experiencia que tenemos de Dios, soporta que lo maltraten injustamente. 20Vamos a ver, ¿qué hazaña supone aguantar que os peguen si os portáis mal? En cambio, si hacéis el bien y además aguantáis el sufrimiento eso dice mucho ante Dios.
               21De hecho, a eso os llamaron, porque también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos un modelo para que sigáis sus huellas. 22«El no cometió pecado ni encontraron mentira en sus labios» (Is 53,9); 23cuando lo insultaban no devolvía el insulto, mientras padecía no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga rectamente. 24El en su persona subió nuestros pecados a la cruz, para que nosotros muramos a los pecados y vivamos para la honradez: «sus llagas os curaron». 25 Andabais descarriados como ovejas (Is 53,4-6), pero ahora habéis vuelto a vuestro pastor y guardián.

EXPLICACIÓN.

18-25.             Los cristianos pertenecían a diferentes clases sociales, entre ellos había también esclavos y siervos; esto podía constituir una fuente de tensiones y dificultades. El autor pide a los esclavos que sean respetuosos y honrados (cf. Ef 6,5-8; Col 3,22-25). Si el dueño es malo, el esclavo debe aceptar su situación; el principio pertenece a la moral ordinaria del tiempo. Experiencia de Dios (19): la palabra griega denota en este caso la conciencia psicológica, es decir, la conciencia que se tiene de una experiencia interna (18-20).

                      Ejemplo de Cristo, ilustrado con alusiones al Servidor de Dios (22: ls 53,9.24s; 53,12; Dt 21,23; Is 53,4-6), que debe estimular al cambio de vida. Pastor: amor, cuidado, alimento, instrucción, guía; guardián, casi equivalente, cf. Ez 24,11 (21-25). 

1 CARTA DE PEDRO. CIUDADANOS DEL IMPERIO. 2,13-17.


13 Acatad toda institución humana por amor del Señor; 14lo mismo al emperador como a soberano que a los gobernadores como delegados suyos para castigar a los malhechores y premiar a los que hacen el bien. 15 Porque así lo quiere Dios: que haciendo el bien le tapéis la boca a la estupidez de los ignorantes; 16y esto como hombres libres; es decir, no usando la libertad como tapadera de la villanía, sino sirviendo a Dios. 17Mostrad consideración a todo el mundo, amad a vuestros hermanos, respetad a Dios, honrad al Emperador.

EXPLICACIÓN.

13-17       Respeto a la autoridad que cumple su misión (cf. Rom 13,1-7). Sólo el comportamiento de los cristianos puede neutralizar la difamación. Testimonio de libertad en la práctica del bien. 

1 CARTA DE PEDRO. II. TESTIMONIO ANTE EL MUNDO. 2,11-12.


11 Amigos míos, como a forasteros y emigrantes que sois, os recomiendo que os mantengáis a distancia de eso bajos deseos que nos hacen la guerra; 12o sea, portaos honradamente entre los paganos; así, ya que os tachan de malhechores, las buenas acciones de que son testigos los obligarán a rectificar el día que Dios los visite.

EXPLICACIÓN.

11-12. Como forasteros y emigrantes que sois, cf. Lv 25,23; Sal 39,13; Heb 11,9.13. Por una razón o por otra, se hablaba mal de los cristianos; han de desmentir las calumnias con la conducta. 

1 CARTA DE PEDRO. I. EL NUEVO NACIMIENTO. RENACER A LA ESPERANZA. 1,3-2,10.

               3¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías!
               Por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo, para la viva esperanza que nos                     dio resucitando de la muerte a Jesús Mesías;
                4para la heredad que no decae, ni se mancha, ni se marchita,
                reservada en el cielo para vosotros, 5que, gracias
                a la fe, estáis custodiados por la fuerza de Dios;
                para la salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
                6Por eso saltáis de gozo, si hace falta ahora sufrir por algún tipo de diversas pruebas; 7de esa manera los quilates de vuestra fe resultan más preciosos que el oro perecedero que, sin embargo, se aquilata a fuego, y alcanzará premio, gloria y honor cuando se revele Jesús Mesías. 8Vosotros no lo visteis, pero lo amáis; ahora, creyendo en él sin verlo, sentís un gozo indecible, radiantes de alegría, 9porque obtenéis el resultado de vuestra fe, la salvación personal.
               10Por esta salvación empezaron a interesarse y a investigar ciertos profetas que habían predicho la gracia destinada a vosotros. 11El Espíritu de Cristo que estaba en ellos les declaraba por anticipado los sufrimientos por Cristo y los triunfos que seguirían. 12Indagaban ellos queriendo saber para cuándo y para qué circunstancias lo indicaba, y se les reveló que aquel ministerio profético no miraba a ellos, sino a vosotros. Ahora, por medio de los que os trajeron la buena noticia, os lo ha comunicado el Espíritu Santo enviado del cielo. Los ángeles se asoman deseosos de verlo.
              13Por eso, con la mente preparada para el servicio y viviendo con sobriedad, poned una esperanza sin reservas en el don que os va a traer la manifestación de Jesús Mesías. 14Como hijos obedientes, no os amoldéis más a los deseos que teníais antes, en los días de vuestra ignorancia. 15No, igual que es santo el que os llamó, sed también vosotros santos en toda vuestra conducta, 16porque la Escritura dice: "Seréis santos, porque yo soy santo" (Lv 19,2).
              17Además, si podéis llamar Padre a aquel que juzga imparcialmente las obras de cada uno, conducíos con respeto mientras estáis aquí de paso, 18porque sabéis con qué os rescataron del modo de vivir idolátrico que heredasteis de vuestros padres: no con oro ni plata perecederos, 19sino con una sangre preciosa, la del Mesías, cordero sin defecto y sin mancha, 20escogido desde antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros. 21Por medio de él confiáis en Dios que lo resucitó de la muerte y lo glorificó; así vuestra fe y esperanza están puestas en Dios.
             22Purificados ya internamente por la respuesta a la verdad, que lleva al cariño sincero por los hermanos, amaos unos a otros de corazón e intensamente. 23Porque habéis vuelto a nacer, y no de una semilla mortal, sino de una inmortal, por medio de la palabra de Dios viva y permanente, 24porque "todo mortal es hierba y toda su belleza es flor de hierba: se agosta la hierba y cae la flor. 25En cambio la palabra del Señor permanece para siempre" (Is 40,6-8). Y ésa es la palabra que os anunciaron.

2 1 Así pues, despojados de toda maldad, de toda doblez, fingimiento, envidia y de toda maledicencia, 2como niños recién nacidos, ansiad la leche auténtica, no adulterada, para crecer con ella hacia la salvación, 3ya que habéis saboreado lo bueno que es el Señor.
4Al acercaras a él, piedra viva desechada por los hombres, pero elegida y digna de honor a los ojos de Dios, 5también vosotros, como piedras vivas, vais entrando en la construcción del templo espiritual, formando un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales que acepta Dios por Jesús Mesías. Porque está dicho en la Escritura: 6« Yo coloco en Sión una piedra angular, elegida y digna de honor: quien crea en ella no quedará defraudado» (Is 28,16). 7El honor es para vosotros los creyentes; para los incrédulos, en cambio, es la «piedra que habían desechado los constructores la que se ha convertido en "piedra angular»; 8más, «en piedra para tropezar y en roca para estrellarse» (Sal 118,22). Ellos tropiezan por ser "rebeldes al mensaje: ése es su destino.
9Vosotros, en cambio, sois linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios, para publicar las proezas del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz. 10Los que antes no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios; los que nunca habíais alcanzado misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia.

EXPLICACIÓN.

1,3-2,10.     Himno. Dios y Padre, etc., d. 2 Cor 1,3; 11,31; Ef 1,3: Rom 15,6. Tema del nuevo nacimiento, que promete una vida sin fin (u viva esperanza), demostrada por la resurrección de Jesús (3) y que identifica con la heredad celeste (4). La fe o confianza en Dios es la defensa del cristiano; ella le asegura la fuerza divina; expectación de la liberación definitiva de las persecuciones y penalidades (5). 

La salvación aparece así al mismo tiempo como presente y como futura: nuevo nacimiento, nuevo horizonte, esperanza de vida para siempre, herencia imperecedera, liberación final. La fe, entrega vital a Dios, asegura el éxito.

Alegría del cristiano por su esperanza, aun en medio de las dificultades; la persecución hace madurar la fe (Sab 3,6; Eclo 2,5). Alegría que nace del amor a Jesús; la fe/adhesión a él es una experiencia liberación (6-9).

Ciertos profetas cristianos, probablemente de comunidades en territorio judío, habían predicho numerosas conversiones, seguidas de persecuciones (cf. 1,6), que serían, sin embargo, ocasiones de triunfo (cf. 1,7); el Espíritu del Mesías (esta expresión, además de la indeterminación «profetas», excluye que se trate de los profetas del AT) les reveló que las conversiones se verificarían no entre los judíos, sino entre los paganos (1,2; cf. 1,1). Alegría de la iglesia (1,12b). Ni siquiera los ángeles, considerados tradicionalmente como iniciados a los secretos de Dios, conocían este designio histórico que se da a conocer a los cristianos (10-12). Es un modo de subrayar la absoluta novedad que representa la integración de los paganos (cf. Ef 3,9: «el misterio oculto»; Col 2,2).

El autor desarrolla el significado de «consagración» (1,2), probablemente como instrucción a los recién bautizados: es la imitación de Dios, que es santo (nuevo código de santidad, en vez del legal de Lv 17-27): servicio, expresión del amor; sobriedad u opción por la pobreza; esperanza, que permite afrontar las dificultades; ruptura con la vida de antes, cambio de la escala de valores (13-14). La santidad de Dios significa su incompatibilidad con el mal. Seréis santos, etc., cf. Lv 11,44; 19,2; 20,7 (15-16).
El privilegio de llamar Padre al que los demás hombres miran como juez debe aumentar el respeto por aquel a quien se debe tal gratitud y que merece tal confianza (17). Estáis aquí de paso, cf. 1,1: «emigrantes dispersos»; sangre preciosa (19), la muerte del Hijo de Dios; cordero, etc., cf. Éx 12,5; Is 53,7. El plan de Dios existía desde siempre (20). La resurrección de Jesús, cuya vida se experimenta en la comunidad, es el fundamento de la confianza en el Padre (21). El propósito de! autor es principalmente moral: exhorta a vivir según las exigencias de la fe y avisa contra las consecuencias de la mala conducta.

La fe/adhesión, respuesta al mensaje de Dios, libera de! pasado (purificados) y hace capaz de amar a los demás (22). Eso significa el nuevo nacimiento a una vida sin término. La semilla, no humana, sino divina, es el mensaje de Dios, que comunica vida (23). Cita adaptada de Is 40,6-8 (24-25).

Parece que también estas exhortaciones aluden al bautismo. Cambio de vida, deseo de conocer el mensaje y ser fiel a él (2, 1). Para el neófito, e! mensaje cristiano es como la leche para e! recién nacido; auténtico es uno de los sentidos del gr. logikos. Apela a la experiencia espiritual de los neófitos (Sal 34,9).

Al acercaras, cf. Sal 34,6. La metáfora de la piedra viva se aplica a Jesús, piedra angular (cf. Mc 12,10; Sal 118,22) (4); el autor compara la comunidad a un templo construido sobre ella, del que los cristianos son las piedras por la adhesión a Jesús (cf. Mt 16,18); templo, «casa»; espiritual, constituido por la presencia del Espíritu, que da vida (piedras vivas). Traslada a los cristianos el carácter sacerdotal que en el judaísmo estaba reservado a los de! linaje de Aarón; como sacerdotes, pueden ofrecer los sacrificios que proceden del Espíritu. Bajo estas metáforas, el autor indica que e! lugar de la presencia de Dios en e! mundo ya no es un templo material sino la comunidad humana animada por e! Espíritu de Dios; que el privilegio de cercanía a Dios que se atribuía a los sacerdotes de las antiguas religiones es ahora propio de todo cristiano y, finalmente, que el modo de honrar a Dios ya no consiste en sacrificios, sino en seguir el impulso del Espíritu, que, identificando con Jesús, lleva a la entrega a los demás (5).

Añade el autor un centón de citas de la Escritura: Is 28,16 (6), para mostrar que es la fe/adhesión a Jesús la que produce los efectos antes expuestos; Sal 118,22 (7), señalando el fracaso de los adversarios de Jesús; Is 8,14, piedra para tropezar, etc. (8), cf. Mt 16,23, previendo la ruina de los que no aceptan el mensaje.

Explica el «honor» de v. 7. Los cristianos son linaje- elegido (Is 43,20), sacerdocio real (cf. Ap 1,6.10), nación consagrada (Éx 19,6), pueblo adquirido por Dios, para publicar, etc. (Is 43,21; Mal 3,17; Éx 19,. Dt 7,6; 14,2; 16,18; cf. Ef 1,14); todos los títulos son corporativos y autor los transfiere de Israel a la comunidad cristiana. Con su palabra con su vida, los creyentes han de mostrar, no sólo la bondad de Dio sino también su grandeza. El paso de las tinieblas a la luz incluye el de la muerte a la vida (9). Paradójicamente, la comunidad está formada en su mayoría por paganos; el autor encuentra en Os 1, 6.9; 2,1, una predicción del puesto que ocupan los paganos y de la defección de Israel (cf. Rom 9,25) (9-10). 


1 CARTA DE PEDRO. 1,1-2.

1            1Pedro, apóstol de Jesús Mesías, a los emigrantes dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia: 2a los elegidos mediante la consagración con el Espíritu, conforme al proyecto de Dios Padre, para responder a Jesús Mesías y recibir la aspersión de su sangre. Os deseo gracia y paz creciente.

EXPLICACIÓN.

1-2.        Remitente y destinatarios. Los emigrantes dispersos, cf. Sant 1,1; Heb 11,9; Gn 23,4 (de Abrahán); Sal 39,13. Se dirige a comunidades determinadas en un área muy extensa: Ponto-Bitinia ( una sola provincia con dos distritos), Galacia, Capadocia y Asia eran cuatro provincias romanas que cubrían la mayor parte del Asia Menor. Los cristianos, al revés que los judíos, no pertenecían todos al mismo pueblo; su vínculo de unión era la común adhesión a Jesús.

              La designación emigrantes indica la relativización del sentido de patria,  sustituida por la solidaridad entre las diversas comunidades. Los elegidos, los cristianos, en virtud de su consagración; ésta no se hace con ritos exteriores, sino por la infusión del Espíritu, que da al hombre una nueva plenitud, según el proyecto divino; responder, significado primario del gr. hypakoúô, cf. Rom 1,5; el verbo propio para "obedecer" es peitharkhéô, cf. Hch 5,29.32; 27,21; Tit 3,1.

              Los que responden a Jesús Mesías reciben la aspersión de su sangre, que, según Éx 24,3-8, simboliza la integración en la alianza, bajo la figura de la consanguinidad entre Dios y su pueblo. Aquí se trata de la alianza de Jesús; de hecho, la infusión del Espíritu, comunicación de la vida divina, es efecto de su muerte (su sangre).

1 CARTA DE PEDRO. INTRODUCCIÓN. DIVISIÓN.

              Dirección y saludo (1,1-2).
           I. El nuevo nacimiento (1,3-2,10).
          II. Testimonio ante el mundo (2,11-4,11).
         III. Avisos varios (4,12-5,11).
               Despedida (5,12-14).

1 CARTA DE PEDRO. INTRODUCCIÓN. AUTOR Y FECHA.

                   Autor, según la carta misma, es el apóstol Pedro, con la ayuda de Silvano, quien suele identificarse con el compañero de Pablo (1 Tes 1,1; 2 Tes 1,1: 2 Cor 1,19), llamado en los Hechos con la forma abreviada Silas (Hch 15,22-32; 15,40; 18,5). Se escribe desde Babilonia (5,13), denominación peyorativa de Roma en el Apocalipsis (14,8; 16,19, etc.), donde estaba Pedro en compañía de Marcos; éste aparece en los Hechos como natural de Jerusalén (12,12), primo de Bernabé y compañero de misión por algún tiempo de Bernabé y Pablo (Hch 13,5.13; 15,37.39; Col 4,10; Flm 24).

                  La opinión de los exégetas no es unánime respecto al autor de la carta. Algunos niegan resueltamente la atribución a Pedro, basándose en diversos argumentos.

                  El primero toma pie del refinado estilo griego, impropio de un judío de Palestina. Es evidente que, aunque con toda probabilidad Pedro conocía el griego, no habría podido nunca alcanzar tal estilo. Pero si escribió la carta con la colaboración de Silvano, el argumento deja de ser decisivo.

                  Tampoco es convincente el que se toma del contenido teológico, muy afín, según se sostiene, a la teología de Pablo e impensable en un judío-cristiano. Sin embargo, como ya se ha visto, falta toda mención de cuestiones centrales en Pablo, como la rehabilitación por la fe y la libertad respecto a la Ley. Están también ausentes la doctrina del Espíritu como principio rector de la vida cristiana, la oposición espíritu-carne, la asimilación por el bautismo de la muerte y resurrección de Cristo, la idea de la Iglesia cuerpo de Cristo y la de Cristo cabeza. Todas estas realidades se exponen usando símbolos diferentes. Se suele insistir en el uso de la fórmula "en Cristo" (O cristiano), peculiar de Pablo (1 Pe 3,16; 5,14), que pudo ser prepaulina o familiar a Silvano.

                  Hay que notar además la abundancia de reminiscencias evangélicas en la carta. No hay, pues, ningún argumento decisivo para negar la autenticidad del escrito, y ha de colocarse, por tanto, algún tiempo antes de la persecución de Nerón (64 d.C).

1 CARTA DE PEDRO. INTRODUCCIÓN. CONTENIDO DE LA CARTA.

                 La carta primera de Pedro es un escrito didáctico y exhortatorio; se propone afianzar en la fe a los grupos cristianos que pasaban por circunstancias difíciles y en los que amenazaba el peligro de apostasía (5,8-10).

                 Los polos de la enseñanza y exhortación son la gracia y el compromiso del bautismo y la esperanza de la venida de Cristo.

                La nueva vida o nuevo nacimiento proceden de la iniciativa de Dios (3; cf. 2,2) y son obra de su palabra (1,23), suponen una elección de Dios (1,1) que se verifica por la consagración efectuada por el Espíritu (1,2); esta consagración separa a los cristianos del mundo perverso, para obedecer a Jesucristo (1,2), es decir, para vivir como él vivió y enseño, recibiendo al mismo tiempo un perdón continuo de sus faltas, en virtud de la sangre de la alianza (1,2).

                 Se constituye así la Iglesia de los emigrantes y forasteros (1,1; 2,11), enclave de Dios en medio del mundo; templo de Dios y del Espíritu, cuya firmeza es Cristo, la piedra angular (2,4-7), sacerdocio destinado a proclamar las proezas de Dios (2,9).

                 En esta comunidad no aparece ya Dios como juez, sino como Padre (1,7), lo que debe llevar a mayor reverencia (1,7), por la conciencia de la misericordia (1,3; 2,10) con que los rescató por medio de Cristo (1,18-19). A Cristo se debe la liberación, él es el único Señor (3,15) y el modelo y guardián de la vida de los cristianos (2,21-25; 4,1-2).

                 En el grupo cristiano, aun en medio de la dificultad, domina la alegría (1,6) que dimana del amor y de la fe en Cristo (1,8). La fe, por ser respuesta a la invitación de Dios, purifica al hombre (1,22), se expresa en el compromiso del bautismo (3,21) y lleva al amor de los hermanos (1,22).

                Se establece así en la comunidad un modo de vida y de relación humana opuestos a los del mundo: sobriedad y entrega (1,13), una renuncia a las aspiraciones del mundo para imitar la santidad de Dios (1,14-16) y un clima de sinceridad y lealtad (2,1), de concordancia, modestia e interés mutuo, de perdón fácil (3,8); el amor se muestra en la hospitalidad y en el voluntario ofrecimiento de las propias capacidades (4,8-11).

                El recuerdo del triunfo de Cristo (1,7b.21; 3,21-22) y la expectación de su venida son el fundamento de la esperanza (1,5b); la conciencia de vivir en la época final debe estimular a la oración (4,7).

                Hacia fuera, en el trato con los paganos, el grupo cristiano ha de seguir una conducta digna (4,1-4) aunque tenga que soportar críticas o insultos (4,4). Ante la ofensiva del mundo, ha de mostrar valor, pero no ser arrogante ni recurrir a la violencia (3,13-16); la conducta ha de ser tal que desmienta por sí misma las calumnias que se levanten (2,11-12; 3,16); de ahí el respeto a los gobernantes y la consideración con todos (2,13-17).

                La palabra "Ley" no aparece en toda la carta, ni se hace tampoco alusión alguna a la rehabilitación por la fe, por lo que se ve que las cuestiones agitadas en otro tiempo en las comunidades de Galacia (cf. la Carta a los gálatas) estaban definitivamente superadas.

                Se da un serio aviso a los responsables de las comunidades ("presbíteros", "ancianos), que no siempre debían de practicar el desinterés y la igualdad cristiana (5,1-4).

                Las numerosas alusiones al bautismo (sobre todo 1,3-2,10) han hecho pensar que la carta fuese en realidad una homilía bautismal quizá destinada a la noche de Pascua; para unos esta homilía comprendería toda la carta, excepto la dirección y la despedida; para otros las dos primeras partes (1,3-4,11), con un apéndice (4,12-5,11) añadido posteriormente.

                La constancia del estilo y del vocabulario en toda la extensión del escrito, la congruencia de la dirección con el resto de la carta, la bendición inicial (1,3-5), tan propia del estilo epistolar, la insistencia constante sobre las circunstancias difíciles por las que atraviesan aquellas comunidades, la intercalación de los deberes domésticos (2,18-3,7), hacen muy dudosa la hipótesis de una homilía bautismal, tanto más, que el bautismo se menciona una sola vez, y eso no en contexto ritual, por decirlo así, sino tipológico (3,21). Se recuerda, sin embargo, el compromiso del bautismo y la esperanza que abre, para exhortar a los cristianos a la constancia.

                Es posible que en la carta se hayan intercalado fragmentos de himnos litúrgicos (1,3-5; 2,6-8.22-24; 3,18.22).

1 CARTA DE PEDRO. INTRODUCCIÓN. DESTINATARIOS.

              La carta está dirigida a una serie de comunidades del norte y oeste de Asia menor (1,1), formadas por cristianos procedentes sobre todo del paganismo (1,14-18; 2,9-10; 4,3-4). Como antes a los judíos que vivían fuera de Palestina se les llamaba "la diáspora" o "dispersión", también a los cristianos se les llama "emigrantes dispersos" (1,1; cf. 2,11), como extranjeros en el orden presente.

             Aunque la mayoría fuera de origen pagano, las comunidades estaban familiarizadas con el AT, como lo prueban los numerosos textos citados en la carta. Esto podría significar que cierto número de los antiguos paganos habían pasado por un estado de prosélitos judíos. Es también posible que la insistencia en el comportamiento de los esclavos (2,18-25) se debiera a su gran número entre los miembros de la comunidad.

             Las comunidades citadas pasaban por un período de prueba, o, al menos, de presión social fuerte con efectos dolorosos: sufrían calumnias de parte de los paganos (2,12.15; 3,14.16) y oposición local (1,6-7; 3,14; 4,12-19; 5,8-10), anunciadas ya por oposición local (1,6-7; 3,14; 4,12-19; 5,8-10), anunciadas ya por ciertos profetas que habían predicho las numerosas conversiones (1,10-12). La actitud positiva respecto al Estado (2,13-17) excluye la posibilidad de una persecución oficial. Se les perseguía por ser cristianos (4,16), no por delitos (2,20; 4,15); se trataba, pues, de la reacción de una sociedad pagana ante un modo de vida diferente (4,4). Nótese que términos como "persecución" o "apretura" están ausentes en la carta; se habla de "pruebas diversas" (1,6), que hacen sufrir; la fórmula "si hace falta" muestra también que se trata de pruebas ocasionales, no de una persecución organizada (1,6; cf. 3,14.17). El "fuego" de 4,12 parece indicar que los casos eran frecuentes y, sobre todo, que la situación era insegura; se trataba con más probabilidad de actos de violencia pública y de vejaciones de parte de la policía romana que de procesos ante tribunales regulares. Molestias de este tipo eran comunes en todas partes (5,9) y el autor las interpreta como el principio del juicio final (4,7.17).

CARTAS "CATÓLICAS" O "CANÓNICAS".



Llamadas "católicas" por los griegos y "canónicas" por los latinos, este grupo de siete cartas fue el que más tardó en ser fijado en el canon (cf. las respectivas introducciones). No se designan por el nombre de los destinatarios, como las de Pablo, sino por el de cada uno de los autores. El apelativo "católicas" no significa que estén dirigidas a la Iglesia en general, pues, 1 Pe se escribe para un grupo de iglesias y 2 y 2 Jn tienen también destinatarios definidos. Sant, 2 Pe y Jds, por su parte, se dirigen a todos los cristianos. 1 Jn carece de dirección, pero del texto se deduce que fue escrita para un grupo de iglesias donde se había producido un cisma (cf. Introd. a 1 Jn). "Católicas" significa, pues, aceptadas por toda la Iglesia, como lo expresa también la denominación occidental.

             El contenido y el estilo de estas cartas es muy diverso, desde el sapiencial (Sant) hasta la invectiva contra ciertos adversarios (Jds). 2 Pe es seguramente el escrito más tardío del NT.