sábado, 19 de mayo de 2012

1 CARTA DE PEDRO. MATRIMONIOS. 3,1-7.



3           1Respecto a las mujeres: sean sumisas a los propios maridos; de este modo, si hay algunos rebeldes a la palabra, la conducta de sus mujeres podrá ganarlos sin palabras, 2la ser testigos del escrupuloso recato de vuestra conducta. 3Lo propio vuestro no sea el adorno exterior de peinados y aderezos de oro ni la variedad en el vestir, "sino la personalidad escondida dentro, con el adorno inalterable de un carácter suave y sereno. Eso sí que vale a los ojos de 
Dios. 5 Así se adornaban antaño aquellas santas mujeres que esperaban en Dios sumisas a sus maridos. 6 Así obedeció Sara a Abrahán llamándolo su señor. Ahora, con hacer el bien y no alarmaras por lo que pueda pasar, os habéis hecho hijas suyas.
                        7Respecto a los maridos: tened tacto en la vida común, mostrando consideración con la mujer, por ser de constitución más delicada, y también por ser herederas como vosotros del don de la vida; así podréis orar sin obstáculos.

EXPLICACIÓN.

1-7.            Aviso a las esposas se encuentran en Ef 5,21ss; Col 3,185; 1 Tim 2,9-15. Que la mujer debía estar sometida al marido era lugar común entre los moralistas no cristianos. Caso de matrimonio mixto (cf. 1 Cor 7,12-16) (1-2). La personalidad madura vale más que el adorno exterior (cf. 1 Tim 2,9-13) (3-4). Ejemplo de las mujeres bíblicas. Sara (cf. Gn 18,12), modelo para las cristianas (5-6). Los consejos a los maridos (cf. 1 Cor 7,3-6) pertenecen a la tradición moral judía y pagana. Aunque la mujer sea socialmente inferior, el marido debe recordar que ante Dios es su igual. El trato injusto haría imposible la oración común de ambos (7). 

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